Cuando los ganadores son también los perdedores

Los premios son un reconocimiento. Sirven para resaltar la labor de destacados individuos en un determinado campo y pueden ayudar a consolidar la labor de los premiados. Alguien podría plantearse si los premios, que generalmente reconocen las aportaciones de particulares a determinadas disciplinas, han dejado de tener cierto sentido a la hora de reconocer una labor como la científica, que es una actividad cada vez más acumulativa, colectiva e interdisciplinar. Sin embargo últimamente, ciertos premios de investigación y ciencia han cobrado más relevancia por lo que esconden, la debilidad del sistema de I+D nacional, que por lo que revelan, la labor investigadora de ciertos profesionales. Son las paradojas de los reconocimientos en los que los ganadores son, al mismo tiempo, los perdedores.

Diego Martínez Santos
Gana: Premio al mejor trabajo físico experimental joven de la Sociedad Europea de Física
Pierde: Una Ramón y Cajal

En los últimos meses, hemos asistido a varias de estas paradojas que unen a los vencedores con los vencidos. Quizá la que más eco mediático haya tenido ha sido la de Diego Martínez Santos, el investigador del Instituto de Física de Partículas de Holanda que desarrolla su trabajo
en el acelerador de partículas LHD de Ginebra (Suiza) (CERN- European Council for Nuclear Research). Recibió el premio al mejor trabajo de un físico experimental joven otorgado por la Sociedad Europea de Física justo después de habérsele denegado su propuesta para recibir una ayuda del programa Ramón y Cajal, que recluta investigadores de gran nivel españoles o extranjeros para el sistema de I+D nacional. El informe de la ayuda española aludía a la “falta de liderazgo científico” y a “tener un nivel de reconocimiento internacional por debajo de la media que la gente de su edad” como razones para no concederle la ayuda. Sin embargo, Martínez Santos tiene un índice de impacto alto, que mide las citas recibidas por su trabajo, y ha dirigido el experimento internacional por el que después resultó premiado. Por ello, Martínez Santos decidió alegar la resolución de las ayudas Ramón y Cajal con la intención de modificar el informe, ya que consideraba que éste dañaba su reputación. Como resultado, y tal y como reconoce a Vórticex, “corrigieron la evaluación, aunque mantuvieron la puntuación para no cambiar el ranking”, tal y como esperaba.

En la última Gala de Homenaje de la Ciencia Española asistimos a unas cuantas paradojas más: a varios de los premiados, al mismo tiempo de recibir el reconocimiento, se les terminaban los contratos o se les acababa de denegar algún proyecto que daba continuidad al trabajo premiado. La gala, organizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en colaboración con la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, se celebró el 12 de diciembre de 2012 en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de A Coruña. Tiene como objetivo homenajear a la investigación, tanto básica como aplicada, para lo que destaca cinco proyectos representativos del avance científico de la ciencia española financiados recientemente por el Plan Nacional de Investigación. Los proyectos seleccionados fueron: efectos neuroendocrinos de Ghrelin; desarrollo reproductivo y la calidad de la uva en la vid; tratamiento y reutilización de aguas residuales para una gestión sostenible; diseño de catalizadores para una química sostenible: una aproximación integrada; y números primos y sistemas complejos.

Bartolo Luque
Gana: Su trabajo es homenajeado en la Gala de la Ciencia Española
Pierde: La financiación para dar continuidad a su trabajo

El matemático Bartolo Luque de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), premiado por su trabajo con los números primos y sistemas complejos, se quedó perplejo al enterarse del reconocimiento. Tres meses antes, la misma entidad que le homenajeaba había rechazado financiar su proyecto. Bartolo Luque reconoce haber tenido una sensación de “esperpento, surrealismo, vergüenza, depresión…todo lo que sentimos desde hace años los que vivimos en este país”. Pasado el momento de estupor y molesto ante el gasto que supone organizar la entrega de estos premios en un momento en el que la ciencia y la investigación están siendo maltratadas, decidió aprovechar el la entrega del premio en la gala para denunciar la situación de la ciencia en España delante de algunos de sus responsables. Luque lamentó que los gastos para llevarlo a la gala podrían suponer una décima parte de lo que constaba su proyecto y lamentó que uno de sus colaboradores, Lucas Lacasa, hubiese tenido que aceptar una plaza en Inglaterra ante la falta de perspectivas en la ciencia nacional. Miguel López, premiado por su colaboración en el trabajo sobre la hormona de Ghrelin bajo la dirección de Carlos Dieguez, estaba en una situación similar. Su contrato finalizaba doce días después de la entrega del premio.

Lucas Lacasa
Gana: Su trabajo es homenajeado en la Gala de la Ciencia Española
Pierde: Se ve “obligado” a dejar España

Luque reconoce a Vórticex que su condición de investigador teórico le permite seguir investigando “con papel y lápiz”, pero también constata que resulta frustrante que la financiación nacional esté paralizada. Luque espera que esta gala, tal y como se planteó, sea la última. A estas alturas, todavía no se ha abierto la convocatoria de proyectos en investigación fundamental no orientada, por lo que resultará fácil que efectivamente no se celebre la correspondiente a la convocatoria de 2012. Luque admite abiertamente que las circunstancias en las que recibió el premio, junto con la actual política científica, le han afectado mucho y en sentido negativo: “En cuanto tenga la más mínima posibilidad, me largo. Intentaré nacionalizarme en mi nuevo lugar de trabajo y volveré a España de vez en cuando a pasar las vacaciones”.

Lucas Lacasa, el investigador al que se refería Bartolo Luque, admite que “la situación de la ciencia en España fue la que le empujó a presentarse a una plaza de Lecturer en Londres”. Ante las malas condiciones y las nulas posibilidades de estabilidad, reconoce: “Por mi parte, he aguantado todo lo que he podido, intentando desarrollar mi carrera profesional aquí pese al maltrato de la ciencia por parte de nuestros gobernantes. Pero todo tiene un límite”. Destaca que en el proceso de selección de su plaza, en la última lista de cinco candidatos de los 160 iniciales, tres de ellos venían de España. Según Lucas, “esto demuestra la calidad de los investigadores que atesora este país y que esta crisis y el manejo de la misma se está ocupando de expoliar.” No contempla volver, ya que la decisión de marcharse ha sido “muy meditada”. Lacasa destaca que a los jóvenes investigadores “literalmente, los están matando” ya que la financiación en I+D estaba destinada, en buena medida, a la contratación de estudiantes de doctorado con motivación y pasión por la ciencia que garanticen la renovación generacional. “En los últimos tiempos he visto cómo varios estudiantes brillantes con verdadera ilusión y capacidad para hacer el doctorado con nosotros han tenido que, o bien hacer las maletas e irse a doctorarse fuera, o bien buscar trabajo en otro sector fuera de la ciencia. Una generación perdida.”

Bartolo Luque y Lucas Lacasa

Trabajan en Sistemas Complejos, compuestos por muchos elementos que interactúan entre sí y cuyo comportamiento a escala global no puede ser comprendido aislando y estudiando cada componente por separado. Podríamos pensar en un hormiguero en el que cada hormiga es un componente relativamente sencillo, pero de cuya interacción emergen comportamientos complejos e inteligentes que asociamos con la colonia. Ejemplos de sistemas complejos se dan en muchos campos e incluyen sistemas físicos como los fluidos turbulentos, sistemas sociales como el financiero o sistemas biológicos como el cerebro. La investigación en sistemas complejos trata de encontrar patrones y propiedades cuya dinámica a primera vista puede parecer totalmente desordenada o aleatoria. La teoría del caos, los procesos estocásticos y la física estadística son útiles para modelizar y tratar de entender los comportamientos y dinámicas subyacentes a estos sistemas.

Actualmente, para los jóvenes investigadores es muy difícil conseguir financiación para construir su propio grupo de investigación. Lacasa puntualiza: “Desde el Gobierno nos dicen que busquemos ese dinero fuera, de Europa, por ejemplo. Con la consecuencia dantesca de que, cuando conseguimos ese dinero, no podemos usarlo para estos fines pues queda secuestrado para pagar nóminas, como sucede en el CSIC. Es todo un absurdo. La realidad es que a los gobernantes se les llena la boca con la ciencia de cara a la galería, pero lo cierto es que no les interesa lo más mínimo.” Así hablan, perciben el sistema de investigación, y se ven afectados los premiados, la excelencia de la ciencia del país.

Los reconocimientos deberían ser algo extra, algo simbólico que facilitase el trabajo o la carrera de un investigador. Por ejemplo, el premio de Diego Martínez Santos sólo son 1.000 euros, pero que pueden ser cruciales para conseguir ayudas del European Research Council (ERC), un organismo destinado a financiar la ciencia más excelente en Europa. Sin embargo, a veces, los premios revelan algo más de lo que pretenden remarcar. En el caso de Diego Martínez Santos, la falta de suficientes ayudas para reincorporar investigadores al ámbito nacional. En el de Bartolo Luque, proyectos de investigación brillantes que no llegan a ser financiados. En el de Lucas Lacasa, contratos inestables, carreras de científicos e investigadores excelentes condenadas a optar entre la inestabilidad o el exilio científico. Que Kissinger recibiera el premio Nobel de la Paz en 1973 probablemente dice más de la sociedad de la época que de su labor a favor de la paz. Desafortunadamente, el caso de estos científicos premiados pone de manifiesto la debilidad del sistema español de I+D.

 

Diego Martínez Santos

Trabajo con la partícula Bs –> mumu, donde la Bs está compuesta de un quark “b” (bottom) y otro “s” (“strange”) y mu (la letra ‘m’ griega) parecida al electrón, pero más pesada e inestable. En ella se busca la desintegración de la partícula Bs en dos muones (mu). Las desintegraciones de las partículas están mediadas por campos (como pudiera ser el electromagnético, por dar un ejemplo) que a su vez están relacionadas con otras partículas (en el caso del electromagnetismo, el fotón, es decir, la partícula que forma la luz). Por tanto, medir con qué frecuencia se producen ciertas desintegraciones te puede dar pistas sobre la existencia o naturaleza de partículas desconocidas o de las que se sabe más bien poco. Lo que hace particularmente relevante al Bs -> mumu es que su tasa de desintegración es sensible a cosas muy interesantes desde el punto de vista físico, por ejemplo, la existencia de otros bosones de Higgs más pesados que el que fue descubierto el año pasado, así como dar pistas sobre la naturaleza de la materia oscura, uno de los puzles que la física actual aun no ha resuelto. Para nuestra desgracia, la medida que hicimos encaja bastante bien con la predicción del modelo estándar de la física de partículas (Standard Model SM en inglés). Y digo “para nuestra desgracia” porque el SM, a pesar de que es considerado como el “estándar”, deja sin explicación posible la materia oscura, además de otras carencias evidentes como el hecho de que no dice nada sobre la gravedad.